Monterrey, México (22 octubre 2020).- Al cierre de agosto, el crédito vigente para pequeñas y medianas empresas (pymes) por parte del sector bancario disminuyó 7.6 por ciento anual, en términos reales, según los datos más recientes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

En valores ajustados por inflación, el saldo del crédito otorgado a este sector productivo pasó de 427 mil 472 a 394 mil 826 millones de pesos. Así, el resultado de agosto muestra una prolongación de la caída que viene registrando este segmento desde el 2017 y alcanzó su menor nivel desde que existen datos comparables, a partir del 2016.

Por su parte, el crédito para grandes empresas registró un descenso de 0.9 por ciento respecto a agosto del 2019, en términos reales, su primer caída a tasa anual para cualquier mes desde que existen datos.

Por el contrario, el financiamiento a fideicomisos aumentó un 15.7 por ciento anual. Así, la cartera vigente total para el sector empresarial presentó un descenso de 0.5 por ciento.

El equipo de análisis de BBVA Research destacó que la caída en el crédito empresarial está relacionada con la disminución en los ingresos de las empresas.

«Si bien algunos indicadores que aproximan el desempeño de dichos ingresos indican que el punto más bajo se alcanzó en abril, la recuperación es lenta y siguen registrándose contracciones importantes», apuntaron.

Además, señalaron que la inversión, uno de los motores de la demanda por financiamiento empresarial, sigue mostrando un deterioro significativo.

El indicador de la inversión fija bruta registró en julio, último dato disponible, una caída a tasa anual de 21.2 por ciento, con lo cual acumula seis meses consecutivos de contracciones de doble dígito y promedió en los primeros siete meses del año reducción anual de 21.9 por ciento.

En adelante, la debilidad en los flujos de ingreso de las empresas limitará su capacidad de pago para contratar un mayor financiamiento, consideró BBVA Research.

«No han mejorado las condiciones para que la demanda por financiamiento de las empresas pueda ser impulsada por la necesidad de invertir y, ante la debilidad en la recuperación de sus fuentes de ingreso, dicha demanda estará limitada por la reducción en su capacidad de pago», apuntan los especialistas.

En el caso de los créditos personales, tarjetas de crédito y el portafolio de financiamientos vía nómina también menguaron. El saldo de la cartera de tarjetas de crédito bajó un 9.6 por ciento, al pasar de un billón 28 mil millones de pesos a 966 mil millones.

Mientras que, en relación a los recursos vía nómina, se reportaron al cierre de agosto de este año 253 mil millones de pesos, un 4.3 por ciento menos de los registrados al mismo mes del 2019 de 254 mil millones.

De enero a agosto pasado, la utilidad neta del sector fue de 76 mil 800 millones de pesos, una disminución de 32.6 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado cuando fue de 109 mil 500 millones.

Por otro lado, el Índice de Morosidad se ha mantenido en los estándares promedio pese a los estragos de la Covid-19, pues se advirtió una reducción de 0.11 por ciento al comparar el octavo mes de este año y el pasado.

Fuente: Elnorte.com

 

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